Se puede transformar a muy diferentes escalas, existiendo desde hace siglos pequeñas explotaciones en las que la corriente de un río mueve un rotor de palas y genera un movimiento aplicado, por ejemplo, en molinos rurales. Sin embargo, la utilización más significativa la constituyen las centrales hidroeléctricas de represas, aunque estas últimas no son consideradas formas de energía verde por el alto impacto ambiental que producen.
Estas características hacen que sea significativa en regiones donde existe una combinación adecuada de lluvias, desniveles geológicos y orografía favorable para la construcción de represas. Es debida a la energía potencial contenida en las masas de agua que transportan los ríos, provenientes de la lluvia y del deshielo.
Ventajas: se trata de una energía renovable y limpia, de alto rendimiento energético.
De gran caudal de agua y un desnivel casi insignificante: Estas centrales utilizan un tipo de turbina denominado "kaplan". Se instalan en ríos con gran caudal, sin necesidad de hacer una presa importante.
De mediano caudal y una altura relativamente significativa: Estas centrales se le llaman de derivación y utilizan una turbina de mediano tamaño para generar electricidad. Se les llama de derivación porque el agua del río se canaliza hasta un depósito, el cual servirá para mandar el agua hacia la turbina.
De poco caudal y un gran desnivel: Estas centrales utilizan un tipo de turbina denominada Pelton. Se hacen en arroyos de montaña que en su recorrido tienen un gran desnivel.
Inconvenientes: la constitución del embalse supone la inundación de importantes extensiones de terreno así como el abandono del pueblo.
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